El agente especial Jesse Colton había estado a punto de rechazar a la dulce y vulnerable Samantha Cosgrove. Y no porque dudase que fuera cierto lo que ella afirmaba: que su jefe estaba desvelando secretos de estado; sino porque aquella belleza rubia hacía que quisiera decir que sí... a cualquier cosa que ella deseara...
Samantha habría querido que alguien la avisara de que el hombre que iba a hacerse pasar por su novio con el fin de protegerla era un tipo alto, guapo y sexy. Poco después se encontró con que los besos de Jesse la hacían desear que dejara de fingir y se comportara como un marido de verdad...