El proceso de adaptación de la práctica deportiva a las medidas COVID ha sido probablemente el mayor reto que han tenido que afrontar los gestores deportivos en su carrera profesional. Adelantarse en la planificación y reinventarse continuamente es la única manera de optimizar los recursos existentes para promover lo máximo posible la actividad física dentro de la entidad que gestiones. En una etapa con tal cantidad de restricciones, adaptar los procesos a la situación devenida fue clave para la supervivencia de las entidades deportivas.