Argentina está en una situación de quiebre político, económico y social que requiere de profundos cambios, impensados consensos y leyes especiales. La clase política y los dirigentes, mayoritariamente, no asumen su enorme responsabilidad en el fracaso de sus gestiones y sigue hipotecando nuestro futuro. En estas páginas se proporciona una hoja de ruta alternativa para ser un país desarrollado. Son las propuestas necesarias, algunas de ellas muy innovadoras, y actitudes que deberíamos evaluar y exigirnos como sociedad en general y a nuestros políticos, dirigentes y gobernantes en particular. Se describe la participación y compromiso de una sociedad que cumpla las leyes, un Estado muy diferente al actual, otra dirigencia, políticas de estado indeclinables, cambios estructurales y un plan estratégico integral de ejecución simultánea. Más aún, se requiere de un nuevo contexto a partir de una justicia eficiente, legislación acorde, instituciones fuertes, educación de calidad, inversiones genuinas, generación de empleo y desarrollo sostenible en el tiempo, complementado con una lucha frontal contra el delito y la corrupción. Los argentinos podemos lograrlo, tenemos que consensuar una propuesta integral válida y dejar atrás prejuicios y falsas antinomias. Los beneficios para nuestra sociedad, inmediatos y futuros, serán inigualables.