Maliki siente una tristeza invalidante. Un pozo de inconformidad y decepción. Para salir de la hondonada recurre a terapias alternativas y tradicionales, pero el camino es arduo, sinuoso, lleno de altibajos. Ya no hay alternativas: debe enfrentar a sus fantasmas y comprenderlos para seguir avanzando.
Dotada de una descollante destreza gráfica y narrativa, Marcela Trujillo —una de las dibujantes chilenas más reconocidas de los últimos años— entrega un diario autobiográfico ejemplar y perdurable. Una obra desgarradora que interpela a nuestros monstruos personales. Una luz oscura que se vuelve diáfana y, también, entre muchos logros, un entrañable homenaje al poder curador del arte: a veces la última boya donde podemos aferrarnos y, desde el agua, mirar hacia atrás y perdonarnos.
Marcela Trujillo (Maliki) estudió licenciatura en artes plásticas en la Universidad de Chile, que posteriormente complementaría en el Art Students League de Nueva York y el School of Visual Arts de la misma ciudad. Ha sido invitada a numerosos festivales de cómics y eventos relacionados con la difusión de la narración gráfica.