Durante el período de crisis económica, muchos de los gobiernos de la región enfrentaron la misma con un aumento de gasto social. Sin embargo, parte del crecimiento se centró en partidas inflexibles, particularmente remuneraciones, lo que ha conllevado a un incremento del déficit fiscal y, consecuentemente, de la deuda pública. Es así como luego de la crisis financiera, el debilitamiento fiscal ha mermado la capacidad de los gobiernos para responder a choques económicos, lo cual implica tener que examinar la política fiscal debido a la mayor rigidez del presupuesto, el uso de recursos públicos escasos y el contrato institucional. Al estudiar el aumento de la masa salarial, se pueden entender mejor las causas que llevaron a esta dinámica para ofrecer recomendaciones de política y mejorar el manejo de gastos sin atentar contra la salud de las finanzas públicas. La mejora en el uso de los recursos, permitiría contribuir a definir la agenda social de los países de manera más eficiente y equitativa. Finalmente, un aspecto hasta ahora poco explorado en el manejo del gasto público, es la complejidad de la institucionalidad y cómo esta podría facilitar o dificultar la habilidad de un Gobierno para plasmar su visión en la política fiscal, incluyendo la efectividad en el uso de los recursos públicos.