Dicen que cuando un hombre lobo encuentra a su pareja, le pega cómo una tonelada de ladrillos. Nada puede interponerse entre ellos. Lo único en lo que él puede pensar es en ella. Ella sería el centro del universo en torno al cual el giraría, y nada lo detendría de reclamarla para él.
Justin nunca le dio mucha importancia a la leyenda, hasta que se encontró con Marisa en el bosque. Ahora cada instinto dentro de él gritaba por hacerla suya para siempre. Sin embargo, había otro hombre en la vida de Marisa, y Justin tendrá que encargarse de él antes de poder reclamarla como suya.