El fenómeno de la agresividad en el ámbito educativo se está transformando en un problema creciente y de difícil control. Cuando este maltrato psicológico y físico es continuo y deliberado, llega a transformarse en “acoso escolar”. Pero es un error frecuente reducir el acoso escolar al de bullying, entendido como el simple “acoso entre alumnos”, ya que pueden identificarse por lo menos cuatro modalidades de acoso que establecen entre sí una relación muy compleja en la institución escolar: acoso del docente hacia el alumno; acoso del alumno hacia el docente; acoso entre alumnos (bullying); y acoso entre trabajadores de la educación (mobbing escolar). Si no se conoce y estudia adecuadamente estas interacciones no se podrán diseñar y aplicar estrategias realistas y eficaces que permitan una sana convivencia en los centros educativos.El planteo teórico central que estructura esta obra es que el principal factor que origina el acoso escolar es el modelado de las acciones agresivas que tienen los individuos en su hogar, en su contexto social y en la escuela. Estos estímulos agresivos actúan como modeladores que impactan en la formación de su identidad: modelos agresivos originan acosadores.Sobre la base de la Teoría del Aprendizaje Social propuesta por Albert Bandura, Miguel Ángel Estrada Gómez, Dr. en Ciencias de la Educación y experto en violencia y convivencia escolar, presenta en esta obra los resultados de una profunda investigación para determinar en qué medida los estímulos modeladores favorecen el acoso escolar por parte de los alumnos. Como fruto de ella se ofrece también un “Cuestionario de Acoso Escolar y Aprendizaje Social” (CAEAS) que puede ser utilizado en cualquier nivel educativo en que se desee conocer la influencia que tiene el modelado de conductas agresivas para que los alumnos tengan la tendencia a ser bulliadores.