«Como otra obra maestra reciente del análisis económico, El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty, este libro cuestiona ideas asumidas, plantea interrogantes incómodos sobre el presente y el futuro, y acota el terreno para un debate muy necesario y pendiente desde hace ya un tiempo.»
Nicholas Carr, autor de Superficiales, Los Angeles Review of Books
En esta obra magistral por la originalidad de las ideas y las investigaciones en ella expuestas, Shoshana Zuboff nos revela el alarmante fenómeno que ella misma ha denominado «capitalismo de la vigilancia». Está en juego algo de la máxima importancia: toda una arquitectura global de modificación de la conducta amenaza con transfigurar la naturaleza humana misma en el siglo XXI de igual modo a como el capitalismo industrial desfiguró el mundo natural en el siglo XX.
Gracias al análisis de Zuboff, cobran gráficamente vida para nosotros las consecuencias del avance del capitalismo de la vigilancia desde su foco de origen en Silicon Valley hacia todos los sectores de la economía. Hoy se acumula un enorme volumen de riqueza y poder en unos llamados «mercados de futuros conductuales» en los que se compran y se venden predicciones sobre nuestro comportamiento, y hasta la producción de bienes y servicios se supedita a un nuevo «medio de modificación de la conducta».
La amenaza que se cierne sobre nosotros no es ya la de un Estado «Gran Hermano» totalitario, sino la de una arquitectura digital omnipresente: un «Gran Otro» que opera en función de los intereses del capital de la vigilancia. El exhaustivo y turbador análisis de Zuboff pone al descubierto las amenazas a las que se enfrenta la sociedad del siglo XXI: una «colmena» controlada y totalmente interconectada que nos seduce con la promesa de lograr certezas absolutas a cambio del máximo lucro posible para sus promotores, y todo a costa de la democracia, la libertad y nuestro futuro como seres humanos.
Sin apenas resistencia en la legislación o en la sociedad, el capitalismo de la vigilancia va camino de dominar el orden social y determinar el futuro digital... si no se lo impedimos antes.