Al ver cómo la tez de su interlocutor se pone roja, tiene la sensación de no poder intervenir en la discusión.
También estás cada vez más furioso, hasta el punto de gritar tan fuerte que no puedes oír sonar el teléfono.
¿Cómo es posible que dos personas que suelen ser lógicas y cooperativas se involucren en una acalorada discusión a pesar de compartir objetivos idénticos?
Este libro examina esta investigación y establece el marco para discusiones constructivas y productivas.
Además, proporciona orientación sobre cómo redirigir una conversación cuando empieza a perder impulso.