La filosofía ha dejado de estudiar la vida de los filósofos para centrarse en su pensamiento.
Vivimos en una sociedad en la que el pensamiento ha sido monopolizado y la filosofía cínica ha sido silenciada. Las enseñanzas de los sabios clásicos, descendientes de Sócrates, que demostraron que el ser humano es un fin en sí mismo y que no debe renunciar ni a su poder ni a su libertad de acción, han sido tergiversadas e incluso eliminadas.
Nos hallamos inmersos en la era de la incongruencia, lo cual facilita a los gobiernos establecer límites y controlar a la población. Son pocos quienes se atreven a decir las cosas como son, ya que hacerlo es interpretado como una amenaza. Sin embargo, es urgente que tomemos consciencia de esta situación y recuperemos el control de nuestra vida cuanto antes.
El arte de la coherencia es un decálogo para la autarquía, una guía para alcanzar la libertad en el pensamiento y en la vida.