Alternativamente, ¿con qué frecuencia la ocurrencia de un evento aparentemente pequeño, como despertarse en un estado negativo, ha interrumpido por completo lo que tenía el potencial de ser un día agradable?
Investigaciones científicas recientes han demostrado que la atención plena y la meditación pueden tener impactos significativos en la salud física y mental, mejorando así el bienestar general.
La meditación puede aumentar la productividad, independientemente del estilo de vida, al facilitar el dominio del ego y la regulación de las emociones.
El término "ego" aparece a menudo en nuestras conversaciones.
Su cónyuge puede acusarlo de ser egocéntrico, su mejor amigo puede estar concentrado en sus propios intereses y los filósofos de salón a menudo emplean términos freudianos para atribuir las fallas humanas al ego.
Sin embargo, el ego tiene un nivel de complejidad que muchas veces subestimamos. Durante nuestros encuentros diarios, comúnmente atribuimos al ego el orgullo, la vanidad y el amor propio.
Para la mayoría de las personas, el ego es visto como la fuente de un comportamiento que se centra principalmente en servirse a uno mismo y muestra poca consideración por el bienestar de los demás.
Según un psicólogo, el ego actúa como un sistema psicológico que media entre nuestros principios morales y nuestros impulsos instintivos.
Sin embargo, ambas concepciones del ego no abordan la cuestión central.
Aunque podemos hablar de un deseo profundo o de una arrogancia intensa, todavía somos incapaces de dilucidar los procesos mentales detrás de comportamientos peculiares, como abrir el refrigerador sin sentir verdadera hambre.
Una perspectiva más efectiva para considerar tu ego, que proporciona la mayor comprensión de tus acciones, es verlo como el monólogo interno en tu mente.
Desde el momento en que te despiertas por la mañana hasta que te duermes por la noche, tu ego te proporciona retroalimentación sobre tus acciones y comportamiento, indicándote qué acciones tomar y qué acciones evitar.
Este no es el tipo de “monólogo interno” típicamente asociado con la psicosis. Alternativamente, puedes conceptualizarlo como una expresión vocal que se materializa a través de tus procesos cognitivos.
Por ejemplo, tu ego es la voz interna que racionaliza tu decisión de saltarte el gimnasio a pesar de reconocer los beneficios potenciales del esfuerzo físico.
Es la fuerza impulsora detrás de tu comportamiento compulsivo de revisar tu correo electrónico innumerables veces durante el día o mirar en el refrigerador incluso cuando no tienes hambre.
El ego juega un papel importante en la determinación de sus acciones. Afortunadamente, implementar medidas para controlar su ego puede conducir a una mayor felicidad y un mejor bienestar.