Las leyendas becquerianas se han convertido en el modelo de relato romántico, producto de la lírica mezcla de historicismo, tradición popular, folclor, intervención de lo sobrenatural cristiano y referencia a un lugar misterioso. Gustavo Adolfo Bécquer publicó dieciséis leyendas entre 1854 y 1864, para las que inventa una prosa poética de rica adjetivación en busca de una atmósfera cargada de emociones y sensaciones sugestivas. El conjunto, espléndida evocación de los ambientes medievales, se organiza en torno a unos temas que han devenido en tópicos del tardío Romanticismo español: la mujer fatal que domina a su enamorado, la búsqueda obsesiva de un ensueño maléfico o simplemente inalcanzable, el amor trágicamente roto, la música de ultratumba o las promesas de amor incumplidas.