Recuerdo que a los ocho años usaba Visual Basic con mi padre. Él fue quien plantó la semilla. Luego, en quinto grado, mi tío me mostró cómo unas cuantas líneas de HTML eran suficientes para crear un sitio web y me pareció asombroso. Desde entonces, comencé a aprender por mí mismo y terminé estudiando ingeniería de software en la universidad. Durante mi maestría, aprendí por mí mismo a crear apps para iOS y trabajé en Priceline.
Después cofundé mi primera startup, una app de golf que no tuvo mucho éxito. Allí estuve a cargo del diseño, las estadísticas y la experiencia del usuario… Descubrí que me gustaban diferentes aspectos del producto, más allá de la arquitectura y la programación. Después me desarrollé como ingeniero de software en una agencia y, con el tiempo, me hice administrador de productos. Fue entonces cuando me sentí exhausto.
Cuando dejé ese empleo en 2018, no sabía qué hacer… Solo sabía que quería que el mundo conociera la meditación. Desde entonces, ha habido mucho de ensayo y error, así como de probar ideas y estrategias. A medida que progresa mi propio recorrido hacia la sanación, también lo hacen mis ideas sobre lo que el resto de las personas y yo necesitamos. Ese es el trayecto empresarial; se trata de iterar y aprender de la comunidad.